Ignacio Llamas.

El pasado día 11 de Octubre me aventuré a contemplar las obras realizadas por Ignacio Llamas en la ciudad de Toledo, donde, para mi asombro, pude encontrar al autor y compartir algunas palabras.

Ignacio Llamas tiene un estilo muy definido y concreto, por el cual mediante con la simpleza del blanco, del negro, las luces y las sombras, nos muestra un mundo abierto de imaginación, locura y melancolía.

Contemple detenidamente cada una de sus obras, molestándome en saber que me quería decir, en que quería que reflexionase…

A pesar de haber sido corta mi visita y haberme quedado con ganas de más, pude realizar alguna foto.

Esta que aquí os expongo fue, sin lugar a dudas, las más llamativas bajo mi punto de vista, por lo que os explicaré que me transmite.

Lo primero fue: ¡Vaya! Que simple y que expresivo a la vez.

Te atrapa, te remueve la cabeza y sin dejar de soltarte te deja con un escalofrío en la nuca haciéndote pensar qué es lo que acaba de pasar.

Una maleta apoyada en el suelo, una luz incriminándola y sombras de arboles que te dejan entrever esa maleta inocente.

El paso del tiempo, el cambio de aires o simplemente una visión de futuro. Una llamada de esperanza, una segunda salida o expectativas de futura. Solo una foto y mil y un mensajes.

¿Quién te iba a decir que no hacía falta abrir la boca para decirte tanto? Pues sin lugar a dudas Ignacio Llamas ha podido hacerlo.

Yo con todos mis respetos y su permiso, he aprovechado una de sus esculturas para realizar una fotografía a su estilo. Espero que os guste.

Aventuraos, arriesgaos y sobretodo contemplad.

Un enorme abrazo para todos.

Vuestro amigo Víctor Díaz.